No es novedad ya decir que me lo paso genial escribiendo este tipo de cosas; le tengo un especial cariño a este portal y espero podérmelas manejar para retomar mis proyectos literarios, aunque sea un poquito cada vez.
Aquí no existen los spoilers, es historia de hace más de 400 años, por el amor de Cristo. ¡Que empiece el DRAMA!
En esta cuarentena me topé con una saga de libros algo peculiar. En especial, la primera trilogía que cuenta el pre, durante y el pos de la famosa Guerra de las Rosas de Inglaterra. Y ustedes dirán, ¿eso no suena algo de Juego de Tronos? Y yo les contestaré gustosa: Pues la historia de Juego de Tronos, en su base, esta inspirada en estos sucesos históricos, así que si ven similitudes no se espanten con que sean "plagios", lean libros de historia más seguido por favor.
En fin, admito que me enteré primero de la existencia de la serie gracias a los anuncios que siempre me aparecían en Facebook, en especial de la última parte de esta trilogía: La princesa española, que cuenta la historia de la princesa española Catalina de Aragón y Castilla, la hija de los Reyes Católicos Isabel I de Castilla y Juan II de Castilla. Y, como sabrán algunos, fue esposa de Enrique VIII (famoso por casi que "crear el divorcio" en la realeza británica y tener múltiples amantes, entre ellas las hermanas Bolena, y fue con Ana Bolena con quien tendría a Isabel I, la reina de la época de Oro de Inglaterra, en fin... mucho drama pues).
La historia que manejan la serie y la novela es antes de que suceda todo el escándalo de los romances de Enrique VIII, es decir, antes del matrimonio entre él y Catalina; sin embargo, la trilogía de libros maneja un discurso feminista, en el sentido de que sus protagonistas son mujeres, pero no se siente forzado en absoluto ni inventado, ya que al tener, tanto los libros como la serie, mucha rigurosidad histórica, se puede apreciar que las regentes protagonistas eran realmente de esa actitud; fuertes, determinadas, líderes y obstinadas.
Después de ver la serie de Catalina, debo decir que la serie no me gustó mucho, no por la ambientación, la rigurosidad histórica o el modo en que fluye la historia; lo cual destaca positivamente en esto, si no por los protagonistas, en especial Catalina y Enrique, que a diferencia de los otros protagonistas de las series anteriores a esta, se comportaban como tontos, aunque obviamente la más lista entre ellos dos es Catalina. Sin embargo, eso no significa que esta parte de la trilogía sea la peor, creo que es una buena forma de cerrar la historia y su protagonista es decente.
Podría decirse que me miré la serie al revés, primero La princesa española, luego La princesa blanca y después La Reina Blanca. Cuando el orden cronológico es La Reina Blanca, que cuenta la historia del Isabel Woodvile, la reina de Eduardo IV de Inglaterra, La Princesa Blanca que cuenta la historia de Isabel de la Casa York y su matrimonio en alianza con Enrique VII de la Casa Lancaster y ya llegamos a la Princesa Española, la historia de Catalina de Aragón, reina de Enrique VIII que es hijo de la alianza entre Isabel de York y Enrique de Lancaster.
Las series constan de una sola temporada cada una, respetando las extensiones de los libros (los que ya me leí, por cierto). Así que, en lenguaje cinematográfico, son mini-series, sin superar más de 10 capítulos. Aunque se rumorea una segunda temporada para Catalina para abarcar más la historia de ese reinado, aún no se sabe nada.
Sin embargo, si quieren una continuación, véanse la película La otra Bolena (The other Queen), con Natalie Portman y Scarlett Johansson. Que trata la historia de los dramas de las hermanas Bolena y los Tudor aunque aquí Catalina no tiene mucha relevancia, también pueden verse la "vieja" serie de los Tudor, que iría a la par de la película. Y si aún les interesa, véanse la película de Mary, Reina de los Escoceses y después la película de Isabel, la edad de oro. Y si necesitan más precuelas, mírense la película de Netflix Rey Ilegítimo, la historia del Rey Eduardo de los Escoceses, protagonizada por el husbando Chris Pine.
Todas las producciones mencionadas son de excelente calidad de escenografía, flujo narrativo y la mayoría tiene una buena representación histórica, en el caso de las películas, ya que en las series hay elementos alterados, personajes inventados o modificados para fines dramáticos; lo cual no es algo raro de ver. Así que si quieren algo más real, mejor mírense los documentales que hay por ahí en internet; yo les recomendaría los de YouTube, son más dinámicos y entretenidos.
En fin, volviendo a la trilogía, criticaré a la par a los libros con las series, ya que casi son un copia y pega de una y de otra, así que como lectores podrán quedarse satisfechos. En fin, vayamos en orden.
La Reina Blanca, ambientada en la época donde ya existía el conflicto de las Casas de las Rosas, Los York (Rosa Blanca) y los Lancaster (Rosa Roja); podría decirse que esta primera historia es la más "romántica" de las tres, pues desde el principio dejan claro que el amor que se tienen Isabel Woodville y Eduardo IV es un amor puro, que todo lo puede y sin fronteras (incluso se siente un poco Disney para mi gusto); y eso no es necesariamente malo, ya que desde el principio nos demuestran que ellos tienen una relación sólida y fuerte, pero si esperas algo más como Juego de Tronos, tendrás que esperarte hasta los capítulos finales o hasta el segundo y tercer libro (las series secuela).
Las series como tal no destacan por abundar las guerras sangrientas o combates explosivos pero si las intrigas, algunas escenas explícitas y sangrientas (siendo un poco más "family friendly"), los conflictos políticos y drama, mucho, mucho drama.
El peso de las historias cae mucho en el diálogo y las pequeñas acciones que desencadenan otras más grandes, así que para hacer que los diálogos entre personajes sea lo que te mantenga enganchado como ver la Batalla de los Bastardos de GoT, y el discurso fluya y se sienta auténtico, es lo que la hace una buena historia literaria y una buena mini serie.
Esta primera parte de la trilogía podría decirse que es la más normalita de todas.
Si acaso la única falla que podría señalar de la historia, es, curiosamente, con su protagonista. Ya que, en mi opinión, es un personaje que se idealizó muchísimo en la historia y, aunque le dan características de magia (rasgo que disfruté), en realidad los Woodville eran unos aprovechados políticos que se aventajaron de un rey que, como plantea la historia de perspectiva de esta autora, es muy voluble e iluso, como si la historia tuviera miedo de que la protagonista no pudiera brillar por su propia cuenta y tuvieran que opacar a otros personajes para que ella destacara.
Aunque es refrescante que la protagonista poco a poco se va corrompiendo por la ira y la malicia que la vida de la corte real y la rivalidad de las casas provocan, convirtiéndose en una heroína para su historia y paulatinamente se vuelve una villana desde la perspectiva de su hija mayor, Isabel de York.
El modo en que están acomodados los personajes, se siente un poco como una obra teatral, donde cada quien tiene un rol muy específico, aunque hagan cosas "fuera de personaje"; en el caso de Isabel y Eduardo cometen cosas que de manera establecida no habrían hecho o no se perdonarían, pero como son los protagonistas no hay consecuencias y se justifica lo que hagan, la historia intenta que al ser protagonistas te agraden siempre, aunque su estructura como personajes literarios se sienta en muchas ocasiones muy unidimensional y pueden agradarte sin problema pero no tuvieron mucho carisma, en mi opinión.
Esta primera historia, te deja bien en claro que estas mujeres no se dejaron sobajar por nadie, no aceptaron su rol de ser un mero florero a lado del rey en turno. Fueron líderes natas. La narrativa de la historia podría definirse como correcta, sin llegar a ser exagerada.
La Princesa Blanca, esta se volvió mi favorita de las tres. Donde los personajes son algo más complejos que en la entrega anterior y abarca un poco más el área psicológica de los personajes, específicamente como la influencia de las madres ejercen una terrible presión sobre los hijos, siendo que, a pesar de haber establecido la alianza, las madres siguen manipulando a sus hijos para cumplir con sus deseos, en el caso de los York, recuperar el trono y en el caso de los Lancaster, mantenerse en el trono que "acaban de ganar".
"Si quieres ser Reina y llevar nuestra casa hacia la grandeza, debes ser capaz de unir al hierro con tu sangre. (...) Serás reina de Inglaterra, como yo lo fui una vez." (Elizabeth Woodville a su hija Elizabeth).En esta secuela si se puede sentir un poco más el aire que emanaba GoT, más sangrienta pero sin exagerar, más batallas involucradas y se siente una tensión constante. La diferencia que hay, y el sello distintivo de esta trilogía es que la historia no es tan enredada como la de GoT, es más rápida y lo más obvio, ésta es histórica y GoT es más fantástica, así que por eso esta trilogía está más restringida en los aspectos creativos. Incluso, en ambas series, se podrían tomar algunas escenas como referencia de como los altos niveles de poder podían manipular a la gente para evitar que se levantaran en armas o se lanzaran a la guerra.
A diferencia de la serie anterior, Isabel brilla por cuenta propia sin la necesidad de opacar o denigrar a otros personajes, tiene su propia identidad y su historia refleja eso, el como se va transformando desde ser manipulada por su madre y sufrir la presión de vivir bajo semejante sombra, seguir adelante a pesar de perder a su "primer amor" (aspecto que históricamente no se ha podido confirmar si realmente ella tuvo semejante relación con su tío el Rey Arturo o no), a descubrir que puede aferrarse a algo más que a la venganza enseñada por su madre y encontrar su propio poder y fuerza, sus cualidades, debilidades y el cómo debe pelear. Siendo un personaje muy carismático, más natural y agradable de ver sin necesidad de idealizar.
Su lema la define bastante bien: "¿Humilde y penitente? Que se pudran. Paciente y oculta, ese será mi lema".
Incluso, en esta historia se maneja la sexualidad de un modo más realista, la presión de la virginidad y como es despreciada por no ser "un doncella", la virilidad masculina, los roles de género y los conflictos culturales y sociales. Demostrando así que Isabel estaba adelantada a su época, siendo más humana que su madre y muchos otros personajes, puede que no cambiara el sistema pero sí lo desafió, siendo un personaje increíblemente justo. Sufriendo la ira, el miedo y la cólera, así como puede sentir cariño, arrepentimiento, nobleza y recuperar a sentir el amor que creyó al que debía renunciar.
"Siembras lo que cosechas, si gobiernas con miedo, recibirás desdén y odio a cambio. (...) El derecho a ser rey no se da, Enrique, es algo que se toma y se gana. Se toma por la fuerza, se retiene por la fuerza. Así que tómalo Enrique, debes aferrarte y luchar." (Isabel de York a Enrique VII).El caso del Rey, te lo presentan como un hombre cruel, prepotente y grosero. Pero, como dije anteriormente, la historia de ellos se abarca mejor en el aspecto psicológico y no tan teatrales como la serie anterior, donde el bueno es bueno siempre sin importar qué y los malos son malos sólo porque sí. El personaje de Enrique VII evoluciona de como es un rey que se deja manipular por su madre Margaret Beaufort hasta el punto de ser ella una madre castrante en el aspecto psicológico, teniendo él muchas crisis de identidad, depresiones, hasta convertirse en un rey que aprende a tener la humildad de reconocer a Isabel no solo como esposa, sino como reina y líder, también como su mejor amiga, su aliada e incluso a descubrir su humanidad con ella, volviéndose amoroso, aunque sólo con ella. Sabiendo que es gracias a ella que él sigue siendo rey y que Inglaterra mantenga su fuerza. Siendo que él recapacita de lo que realmente es su madre, rechazándola y odiándola; y aprende que para mantener a Inglaterra en paz con Francia, España, Escocia y el resto de Europa no sólo se debe ser despiadado o únicamente compasivo, se tiene que ser líder y tomar las riendas de tus propias decisiones. Cosas que aprende de Isabel.
Tanto él como Isabel aprenden a soltarse de sus madres, a recuperar su propia identidad, reconociendo que sin importar qué, serán sus madres pero eso no los vuelve iguales a ellas y, aunque Isabel llega a perdonar a su madre por lo que había hecho, Enrique no puede hacerlo (lo cual es enteramente comprensible), manteniendo una relación conflictiva y distanciada.
"Cuando esta guerra termine, vivirán en paz con sus familias, sabiendo que cumplieron con su deber con su Rey, su Dios y su Reina." (Enrique VII).Margaret, su madre, es una mujer que representa todo lo malo de la religión, es tradicional, calculadora, venenosa y capaz de matar niños (literalmente) para mantener a su familia en el trono, ya que, aunque no puede gobernar porque en su concepción de realidad acepta el rol inferior de mujer, aprovecha sus capacidades de manipulación para gobernar a través de su hijo para eventualmente ser ella la regente (ya hablaré de eso en la historia de Catalina de Aragón y Castilla). Sin embargo, incluso un personaje como Margaret te demuestra que tiene sentimientos, teniendo un amor obsesivo sobre su hijo y teniendo sentimientos secretos con uno de los consejeros y mejor amigo de Enrique VII, Jasper Tudor y el hecho de tener que matarlo para cumplir sus planes te demuestra que es una mujer capaz de todo para salirse con la suya, aceptando el sufrimiento; ella llora, sufre sus consecuencias pero trata de seguir adelante. Aunque no pueda considerarse carismática, es una muy buena villana. Curiosamente, la actriz que la interpreta en esta temporada, es Michelle Fairley, la misma que interpreta a Catelyn Stark en GoT.
(¿Ironía? ¿Coincidencia?).
Los personajes secundarios, aunque no sean muchos, son igual de memorables.
Si tuviera que decir algo que no me gustó de esta secuela puede ser por lo veloz que se siente, que hubo eventos donde pudieron centrarse más como la Peste Negra o la situación con España, y dar una temporada mucho más sólida, pero también comprendo que en el caso de las series, no son superproducciones estadounidenses por lo que el presupuesto es mucho menor y el rango de audiencia también es menor, sobre todo porque la cadena de televisión y streaming que las emitió no son muy famosas.
La Princesa Española, con esta parte final de la historia es donde tengo opiniones encontradas. Porque, por un lado cumple con todos los aspectos positivos de la Princesa Blanca que ya mencioné, además de que el tema de los choques culturales y raciales es más evidente, abarcando la vida de los negros en el siglo XVI en Londres.
Nos presentan a una protagonista que tiene claro cuál es su objetivo y lo que ella representa, así como sigue el mismo tipo de mujer que nos han presentado las otras historias: fuerte, independiente, versátil, valiente y que no se deja manipular. Otro punto bueno es la representación que hacen en apariencia con Catalina, ya que las dos protagonistas anteriores son del estereotipo de belleza europea de tez muy blanca, rasgos suaves y finos, cabellos rubios y ojos claros; mientras que Catalina es un tipo de belleza más fuerte, con aire moreno y raíces moriscas, siendo un tipo de belleza más llamativo y se hace resaltar por lo colorida que es.
Incluso es el propio Enrique el que señala que ella cumple con el perfil que se espera de una princesa llegada desde España, una mujer salvaje y luchadora que afronta con pasión las alegrías y las penas de la vida. Sentimientos desbocados en una joven profundamente religiosa e increíblemente culta para la época, aunque debo señalar que esto último la ficción apenas lo refleja.
"Escoge tu propio lugar, no el de otros". (Catalina de Aragón).No se va tanto a lo fantástico como en la Reina y Princesa Blanca, siendo que Catalina tiene que apañárselas sola en un país que no conoce, con una cultura social que la juzga constantemente y, a excepción por la Reina Isabel, el Rey Enrique y los hijos de estos que la tratan con cariño, los demás personajes de la corte tratan de hacerle la vida imposible, en especial Margaret con su mente cerrada y conservadora (lo cuál no es ninguna sorpresa).
Si tuviera que definir a esta Catalina para hacer notar lo diferente que es ante las otras representaciones que se han hecho de ella es que esta Catalina es más determinada y alegre, muy orgullosa y con mucha confianza en sí misma. Y, del mismo modo que se trató la narrativa de Isabel, Catalina tiene una sólida base psicológica, del mismo modo en el cómo se relaciona con su madre, la imagen que representa y, por lo mismo, el hecho de querer ser cómo ella y superarla es lo que la motiva. Al fin y al cabo, bien se sabe que Isabel I de Castilla era de un carácter fuerte, sabia y bastante aguerrida, siendo también ella la que elevó la fuerza de España cuando logró recuperar el control de España y revelarse contra los árabes y moros y posteriormente le financió su expedición a Cristóbal Colón y posteriormente conquistaron las Américas (y bueno, ya sabemos como terminó eso). Así que podríamos decir que Isabel I de Castilla era una mujer guerrera en el total sentido de la palabra, y, para variar, con todo y las presiones y problemas por los que pasa Catalina, la relación de madre e hija es bastante sana en comparación con las historias de Isabel Woodville e Isabel York.
"En toda batalla llega un momento donde crees que te han vencido, el que sigue atacando es el que gana y nosotros siempre ganamos." (Isabel I de Castilla).Aquí Margaret vuelve al acecho para hacerse de las suyas, ya que, aprovechando la depresión de su hijo el rey Enrique VII tras perder a su querida Izzy (apodo de cariño que le dio a Isabel) en el trabajo de parto y a su hija que nació muerta, Margaret aprovecha para empezar a controlar todo a su gusto y retando a Catalina, quien nunca se lo deja fácil. Y, si lo necesitan saber, no se preocupen, al finalizar la serie Margaret tiene su merecido y su final definitivo, que en mi opinión fue bastante satisfactorio.
En esta parte de la historia te presentan a un Enrique VII más cariñoso, tranquilo y más sensible después de la muerte de Isabel. El mayor de los hijos del matrimonio de Enrique e Isabel, Arturo I es poco abarcado en esta temporada, incluso menos que en la temporada anterior, por lo que lo único que sabemos de él es que era una persona tranquila, sensible y pacífica, para nada egoísta; a diferencia de su hermano Enrique VIII que es más ambicioso, persuasivo y agresivo y, obviamente, coqueto, celoso y posesivo. Su personaje es más simple, presentándose como un chico romántico y persuasivo; inmune a los engaños de su abuela; para luego dar un giro drástico en los últimos capítulos y ser un personaje algo detestable.
La relación amorosa entre Catalina y Enrique no es muy clara, siendo que Catalina solo está interesada en casarse con él para proteger a España y Enrique se quiere casar con ella porque está encaprichado con ella, después se ve un amor más profundo por parte de ambos, para que luego pareciera que es solo unilateral, especialmente de Catalina. Así que al final son personas que se usan mutuamente, Catalina logrando con su objetivo de proteger a España y Enrique VIII se convierte en rey, después de eso, su relación se enfría. Dándose cuenta ella de que lo que pasó nunca había sido una buena idea aunque sirvió para procurarle un lugar relevante en la historia de la corona inglesa.
"A veces diferentes senderos logran guiarte al mismo castillo." (Enrique VIII).
"Si tu me retas, ten por seguro que te venceré. No le cederé mi poder a nadie." (Catalina de Aragón).Por otro lado, el cierre de esta trilogía cojea de lo mismo que en la Reina Blanca, por lo que a veces muchos personajes se sienten acartonados, a excepción de Catalina, Margaret, Isabel y Enrique VII (aunque estos dos últimos tengan mucha menos participación).
Además, de las tres historias, la que tiene más fallas históricas es la de Catalina, ya que en la historia de Isabel de York, respetaban el hecho de que Isabel manejaba el francés, alemán y flamenco al igual que su esposo Enrique, pero a diferencia de éste, ella aprendió el idioma español para hacer sentir bienvenida a Catalina. Sin embargo, en esta historia, no se respeta que Catalina y Enrique VIII se entiendan, ya que Enrique nunca pudo manejar muy bien el español ni ella el inglés, sin embargo ella manejaba bien el francés y el latín; pero si comprendemos que fue escrita por una mujer de lengua inglesa y la serie producida por una empresa británica, hay que comprender que claramente todo será en inglés y para poder hacer una historia más rápida y menos enredada sin perder el foco principal que es el melodrama esos detalles se tuvieron que pasar por alto.
Por eso mismo, de que la serie va muy rápido, se comete el error de que en realidad Catalina tuvo que esperar 7 años para poder casarse con Enrique VIII mientras que la serie lo presentan como si fuera en meses.
Otro fallo relacionado con la rapidez que tiene la serie es su abrupto final, pero si quieren más, pueden verse la película española que cuenta la historia de Juana la Loca, hermana de Catalina y luego la serie de Carlos V (no, no la del chocolate), el hijo de Juana La Loca y emperador de España y Alemania. En fin, más drama español por venir.
Me ha sorprendido ver en Google Trends que el público se preocupa por buscar quién fue, en
realidad, «Catherine Of Aragon». Algo que solo sirve para reafirmarme en
mi idea de que ficcionar la historia resulta a veces ridículo cuando lo que
quieres es llevar a la pantalla la biografía de un personaje real. Si la
verdadera intención es utilizar ciertos momentos de su vida, y
manipular otros, ¿por qué no construir un nuevo personaje e inspirarse
en esos sucesos para dar forma a lo que se quiere contar? Cosa que hizo Juego de Tronos. Por lo menos
así no confundiríamos al espectador, perdiendo una gran oportunidad de
enseñarle algo.
Sin embargo, si son series de televisión o sagas de libros así las que motivan a la gente a saber un poco de historia, que lo sigan haciendo, sin embargo deben afrontar las consecuencias de que la gente que realmente sabe de historia, se dedica a ello o le apasiona, claramente no estará contenta y lloverán las críticas. Al fin y al cabo, en todos los capítulos te dejan claro que hay eventos y personajes que se modificaron por meros fines dramáticos, así que por lo menos se pueden resbalar por ahí.
QUE QUEDE CLARO, LOS DERECHOS DE LAS IMÁGENES Y LOS LIBROS NO ME PERTENECEN, ¿OCAS?
Pues bueno, hasta aquí queda el análisis de hoy, espero lo hayan disfrutado y hayan aprendido algo de historia. Y sin más dilación, me despido. Pasad un buen un genial día.
Atte: @SofiaLuCa18
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