¡Bienvenidos a
una nueva sección mensual que pienso bautizar, “Abril Visual”! Donde
básicamente cada mes de abril pienso analizar o discutir sobre novelas visuales
o mangas y para comenzar, pienso hablar de un manga y una autora que, tiene su
nicho de admiradores aunque no es del todo conocido para el público, mainstream,
así que sí, tenemos otra autora en bruto. Me topé con éste manga cuando me fui
de viaje con mi madre, específicamente en la tierra natal de la familia
artística en cuestión; por lo tanto, el manga estaba en francés y pues las
lenguas francófonas no se me facilitan mucho, además me encanta complicarme la
vida y no usé traductores ni nada, únicamente mis vagos conocimientos del idioma
y mi madre de ayudante, lo cual creo que fue una experiencia única al leer ésta
obra. Y espero que ustedes también la oportunidad. Agradezco a todos los
brujillizos que me enviaron mensajes en mi cumpleaños y en el de mi pegaso,
hicieron que ésta edad seria se sienta joven y feliz. Whatever, sigamos…
“Desde que era pequeño, mi hermano ha sido… Toda mi vida”
Todos nos
sabemos la historia de Vincent Van Gogh, es un pintor con el que todos hemos
empatizado y que en más de una ocasión nos hubiera gustado darle un abrazo o
decirle que algún día sería tan famoso que sería recordado por los siglos de
los siglos; era una persona sensible, creativa, amable, frágil, inocente… Lo
conocemos sin haberlo visto en vida y ¿cómo fue eso posible? Sin duda las
pinturas siempre son un reflejo no solo de sobre cómo ve un pintor el mundo
sino cómo se ve a si mismo, pero estamos olvidando un factor importante, las
cartas de, quizás, la única persona que lo comprendía y amaba más que nadie, su
hermano, Théodorus.
Las cartas de
Théo son casi tan legendarias como las propias pinturas de Vincent, gracias a
dichas cartas, es que se saben más cosas de la vida del pintor y de su hermano;
por lo tanto, como factor diferencial, el manga toma como referencia estas
cartas, enfocándose en Théo como el protagonista; sobre su modo de pensar, su trabajo
su forma de tratar el arte y claro, el cómo fue el primero y el único que vio a
su hermano como un genio, siendo la visión de la autora como un hombre
misterioso, antisistema y que, sin desearlo o temerlo, esa admiración que
sentía por el arte de su hermano adorado se podría convertir en una venenosa
envidia que no sabe cómo tratar.
Con esto mismo,
al ser el ojo narrador el de Théo, tenemos una visión diferente de Vincent,
siendo un hombre ingenuo, que se descuida a sí mismo pero siempre está
dispuesto por hacer todo por los demás, una persona incapaz de sentir odio y
que siente las vibraciones de los sentimientos de los demás, lo que le permite
crear sus pinturas, alejándose de la idea romantizada de la idealización de que
pintaba cuando estaba deprimido, en cambio, pintaba cuando sentía una inmensa
felicidad. Por todo esto, la relación gozosa de los hermanos entra en un punto
de quiebre cuando Théo, dejándose experimentar su envidia a su hermano, cree
que el único modo de que Vincent alcance su máximo potencial es alejándose de
él, pues en cierto modo, lo retiene por sus celos y Vincent se limita por
querer acompañar a su hermano y ayudarlo con sus conflictos con la Escuela de Artes
de París.
Por esta razón,
la historia está divida narrativamente en 3 partes, la primera parte es la
perspectiva de Théo, la segunda en la de Vincent y la tercera vuelve con Théo y
la muerte de Vincent, con la característica de dejarle al lector su interpretación
sobre lo que pasó con la, a la fecha, enigmática muerte del pintor, si ocurrió
tal cual conocemos, es como explica Théo o quizás, todas a la vez. Estamos ante
un manga que, a pesar de ser una reinterpretación ficticia de la biografía de
dos hermanos tan opuestos como el naranja y el verde, es una obra que honra al
arte y hace un excelente análisis de la relación fraterna de dos hermanos que
se empujan y apoyan, pero también se dependen y se imponen entre ellos; si con
Cartas a Van Gogh lloraste, éste manga no le dará chance a tu corazón.
“Todos los días, sólo vivir. Vivir, vivir, vivir con toda la fuerza y luego morir. No pensaré en alguien así como miserable… es una vida espléndida. Quiero dibujas esas cosas.” (Vincent Van Gogh).
Sinopsis
La autora de
ésta obra es Hozumi, escritora y dibujante que se sabe poco de ella, pero ya
tiene varias obras en su currículum, especializándose en el género, Josei, que,
básicamente, son historias dirigidas a personas adultas, especialmente mujeres;
dado que tratan temas maduros con un femmale gaze, como dibujos más
estéticos, tratar relaciones interpersonales más realistas, tocar sobre la
depresión, la derrota y, aunque pueden terminar bien, siempre tienen esa
narrativa melancólica y lacrimógena. Hozumi es una experta en hacer llorar,
siendo mundialmente reconocida por su manga “La víspera de la boda” (2013),
una trama que se va construyendo con 6 historias cortas que se van conectando y
“La posada de los objetos perdidos” (2013), un manga que derrama
realismo mágico en cada una de sus páginas. Siendo “Sayonara Sorcier” su
primera novela de biográfica ficcionada; la cual ha sido un gran éxito, tanto dentro como fuera de Japón, incluso le van a crear un musical pronto.
“La obra sigue los pasos de los hermanos Van Gogh: Théodorus Van Gogh, el hermano menor y un marchante de obras de arte; y Vincent Van Gogh, el hermano mayor y un talentoso pintor todavía desconocido. El desarrollo de la trama ocurre en el París de finales del siglo XIX. El punto de vista se centra en Théodorus, el cual trabaja en una famosa galería de arte, en la que busca encontrar nuevos talentos y estilos artísticos pese a las trabas impuestas por la ideología burguesa de la época.”
Cuando la vida de uno, no es solo suya
La intención de
“Sayonara Sorcier”, no es de ser históricamente exacta siempre, aunque
Hozumi deja en evidencia que sí investigó sobre el tema, aun así se toma algunas
libertades para dar el mensaje que quería; el amor, respeto y legado de dos
hermanos. Cuando nos presenta a Théo, con su autosuficiencia, misterio y que “todo
formaba parte de su plan”, todo su comportamiento tiene la misma raíz, la
admiración profunda por Vincent, y viceversa, pues Vincent, a pesar de tener el
regalo de la pintura, únicamente se anima en convertirse en pintor porque Théo
es quien lo motiva, pues nadie más de su entorno confiaba en su talento.
Tanto Théo como
Vincent están relacionados, por algo más fuerte que la sangre y es su cariño y
admiración mutua; sin embargo, Hozumi no busca contar una historia dulce sobre
estos dos hermanos, dado que la naturaleza de Vincent, fluido y etéreo, en
muchas ocasiones podía llegar a ignorar otros aspectos de Théo, como sus
pensamientos más privados. Théo, quien, desde su forma de ver la realidad, se
siente la sombra de Vincent al él tener un don que él siente jamás podrá tener
por más que lo intente, siendo que se mantiene cerca de Vincent con su trabajo
de galero y peleándose contra la élite no solo para poder darle chance a todos
los artistas que no cumplen con la expectativa rígida y solemne de la época,
sino como para sentirse realizado a través de Vincent.
Dando como
resultado que Théo, al igual que muchos de nosotros, tengamos una imagen
idealizada de Van Gogh, quien en la versión de Hozumi, nos da un reflejo
resfrescante de Van Gogh, respetando su estilo de vida viajero y haciendo más énfasis
en sus motivos para pintar; no obstante, en ésta historia, Hozumi le hace
recordar a Théo que Vincent no es un ser perfecto que jamás se enoja o que
nunca tiene problemas o dolores. en cambio, por su pasado con sus padres,
Vincent siempre se guarda las cosas, lo que desencadena su depresión, pues como
hermano mayor tiene muchas presiones por las expectativas que Théo tiene de él,
siempre cediendo a lo que otros esperan de él; sin embargo, esto provocará que
Théo presione a Vincent a tal punto que explote. Algo que nunca había hecho.
Al final, ambos
hermanos deben aprender que lo que hace uno afecta al otro, siendo que sus
decisiones no solo les afectan individualmente, también repercute para bien o
para mal, ambos tienen un rostro que no pueden compartir con el otro, por más
que lo intenten o quieran; siendo que, ambos hermanos optan por alejarse,
siendo que Vincent se va al lado rural de Francia y Théo se queda con los
artistas insurgentes para seguir batallando con las élites, tratando de darse
una oportunidad de crecer por su cuenta. No obstante, cuando llega el súbito y
trágico final, Théo no puede evitar sentir culpa, pues cree que si no hubiera
presionado a su hermano, jamás se habrían distanciado y lo podría haber
protegido, sin embargo, por lo que ahora queda en sus manos el futuro del arte
de su hermano.
Dando como resultado,
que tenemos una historia más completa, pues al tener las diferentes
perspectivas de los mismos personajes, la dinámica narrativa nos permite ver
diferentes dimensiones de cada uno; y cuando llegamos al momento del desenlace,
nosotros debemos terminar de darle un sentido a la obra, por lo tanto, la obra
tiene 3 planos de la verdad de estos hermanos, la del menor, la del mayor y la
última es la nuestra, donde debemos responder la pregunta que nos plante Hozumi;
¿cuál es el Van Gogh que conoces?
El plano de Théodorus
El primer tomo
se centra más en Théo, un hombre súper inteligente y guapo, marchante y crítico
de arte que es conocido en el gremio por su excentricidad y astucia, maneja una
exitosa galería de arte, pero lo que realmente desea es destronar al arte
dominante, la académica, pues lo considera retórico, poco personal y clasista.
Por lo tanto, se vincula con nuevos artistas experimentales, como Gauguin o Henri
de Toulouse-Lautrec; los que después llamaría impresionistas o expresionistas,
para que ellos, y todos los demás artistas venideros puedan dedicar su vida al
arte sin que sean parte de la alta alcurnia.
Posteriormente,
cuando el director de la Academia de Arte se cansa de las jugadas de Théo para
permitir que la clase trabajadora y media tengan acceso al arte, deciden atentar
contra Vincent cuando éste va a visitarlo y unirse al club del Chat Noir; es
éste momento el punto de inflexión entre los dos hermanos, cuando Vincent se enfurece
de las artimañas de Théo y éste le confiesa su envidia, dando un giro con que
es a raíz de éste conflicto que Vincent pierde su icónica oreja. Tiempo
después, cuando Théo se entera de la muerte de su hermano, decide reescribir su
vida, para que su obra sea conocida y al mismo tiempo vencer la reputación de
la Academia. Pues cuando expone todos los cuadros que tenía Vincent, todos los
que lo miran lloran, sin saber por qué. Pues siempre los cuadros de Vincent
tuvieron ese poder, llegar al corazón de las personas.
Es así que la historia dramatizada creada por Théo es la que nos llega a nosotros, la historia original de Vincent Van Gogh; después de esto, Théo desaparece, como un mago al terminar su gran truco, lo que nos lleva al segundo tomo. Aunque en el primer tomo está dedicado exclusivamente en su narrativa, aún se mantiene ese aire misterioso, pues es menos conocido públicamente que su hermano, pero no por ello menos importante; pue sus esfuerzos para dar paso y mercado a otras corrientes artísticas fueron de vital importancia. Ya fueran por sus propias creencias o por cariño a su hermano, su legado fue discreto pero muy importante. Quizás en algunos planos te parezca una persona que no te caiga del todo bien, pero siempre actúa como crees que va a actuar y su cariño genuino por su hermano te hacen empatizar con él, al menos a mí, me dio calma saber que al menos hubo alguien que siempre creyó en Vincent y lo quiso de verdad.
El plano de Vincent
En el segundo
tomo Vincent comienza a compartir protagonismo con Théo, donde éste convence a
Vincent de organizar una exposición. Los demás lo consideran débil y un bueno para
nada, incluso él consideraba que era malo y torpe en todo, menos en la pintura,
aunque tampoco su arte era reconocido por la élite, a excepción de su hermano
Théo, quien es la primera persona en motivarlo en volverse en pintor,
reconociendo que sus pintoras son especatulares; Vincent es bohemio y errante,
reservado, tranquilo y distraído. Siempre anda en su rollo, pero eso sí, es capaz de extraer de las peores situaciones lo mejor de la esencia humana,
pintando lo que nadie ve.
Esto lo vemos
cuando, mientras otros pintores prefieres paisajes, eventos o cosas bonitas,
Vincent prefiere pintar vagabundos, aunque éstos no lo aceptan del todo, pues
creen que se burla de ellos. Posteriormente, vemos como, tras toparse con un
funeral y hablar con el hermano del fallecido, le pide una foto del difunto,
haciendo un gran retrato de él, con colores vivos en movimiento y que, a
diferencia de la foto, el obrero sonríe. Después, en otra ocasión, se encuentra
con otra persona, una mujer mayor que está en un puente mirando un prado seco
por el invierno, extrañando a un viejo amante; así, en un momento de genuina
bondad, Vincent va pidiéndole detalles a la mujer sobre cómo se ve el prado de
sus recuerdos, logrando calcar con finura la nostalgia y melancolía de la
señora.
Es en estos
momentos que apreciamos como es que Vincent, sin saberlo, tenía tacto con la
gente, ayudando con su arte, demostrando que el arte no solo puede ser hermoso,
sino una ayuda para el espíritu humano. Tras esto, la autora nos adelanta unos
años, justo antes de la exposición de Vincent, él le envía una última carta a
su hermano, agradeciéndole que él le enviara materiales para pintar, entre
otras cosas; sin embargo, al salir del bar, es asesinado. Es así que el resto
del manga se centra en el duelo de Théo sobre su pérdida y cómo teje la “biografía
falsa” de Vincent, dando como resultado que se ensalce su obra y sea recordado
como un gran pintor.
El plano del lector
El manga acaba con una exposición de
Van Gogh en Japón, en la época actual, con smartphones y toda la cosa, donde un
hombre y una mujer hablan sobre la locura de Vincent, su oreja cortada,
admirando La noche estrellada y preguntándose que habrá pasado con Théo, pues
pareciera como si hubiera sido tragado por la tierra después de la muerte de su
hermano mayor. Para luego cortarnos a un plano donde se ve un Théo mayor,
mirando su tumba, justo a lado de la tumba de Vincent, compartiendo solo un año
de diferencia entre sus muertes; seguidamente, el fantasma joven de Vincent
viene a visitarlo, lo que parece redimir el viejo fantasma de Théo, quien igual
se vuelve joven y compite en una carrera por el prado de su infancia con su
hermano, rodeados de aves.
Como dije antes, estamos con un manga que
tiene naturaleza biográfica, aunque no te cuente la historia de los hermanos en
su totalidad, sino, momentos cruciales o claves para la trama, podrá no contar
con fechas exactas o pues su intención no es completamente educativa; en
cambio, la autora opta por lo que el manga es excelente en hacer, los
sentimientos y expresiones que el dibujo puede dar, enfocándose en la
naturaleza costumbrista que caracteriza a la literatura japonesa, como es
incluir anécdotas o pequeños pasajes que nos permiten conocer más a los
personajes y sus conflictos intrapersonales. Por ende, no es una historia que
busca resumirte la vida de dos personas, es un manga que busca que lo leas con
calma, lo aprecies y te conmueva, como las pinturas.
A diferencia de un libro meramente
escrito o uno que tiene ilustraciones, el manga debe utilizar todos los matices
que da el dibujo y las formas que tiene para expresar y narrar; con ello, todo
el espacio textual no es únicamente los globos de diálogo, cuadros de
pensamiento o las onomatopeyas, pues con sus trazos, manejo de sombras y
expresiones debe transmitir todas las emociones posibles, desde las más sencillas
hasta las más explosivas, transmitir calma o caos y terror. Esto mismo aplica a
los espacios abiertos y cerrados, como son el campo de trigo de la infancia de
los hermanos, las calles de París por donde circulan, los edificios y puentes,
las galerías de arte, el café Le Chat Noir (El gato negro, un buen guiño del
cartel más distintivo de la Belle Epoc) o la casas que habitan; pues no se
trata únicamente de que se vean bonitos o que los personajes sean estéticos, realmente
tienen que sentirse vivos. Y Hozumi lo hace con creces aquí.
Lo que nos entrega una pequeña incógnita,
sobre si realmente creemos saber sobre los artistas que tanto decimos que admiramos
y amamos y que tanto desconocemos en realidad, sobre sus esfuerzos, sus
problemas, qué tanto idealizamos y qué tanto entendemos sus obras; claramente
sabemos que la “Sayonara, Sorcier” es una reinterpretación creativa, que
bajo ninguna circunstancia pretende ser la verdad, no obstante me pareció una
propuesta interesante sobre como una misma historia puede contarse desde distintos
personajes y como cada personaje cambia según que ojo está contando la historia.
A pesar de ser solo dos tomos, nunca sientes nada apresurado, la suma del
estilo único de Hozumi con las expresiones y emociones bien trabajadas de sus
dibujos más el ritmo bien explicado, tenemos un manga agradable que cualquiera
puede leer, seas amante de éste tipo de literatura o no.
Conclusión
Al final, la
verdad, nosotros los humanos la manejamos en tres planos, la que la cuenta, la
que el otro entiende y luego está la verdadera; lo mismo ocurre con el arte,
está el plano del artista, luego el plano del receptor y finalmente el plano de
la esencia del arte, siendo ésta última la que tanto el autor como el receptor
tienen que decidir. Hozumi supo desprender perfectamente la realidad de su
ficción, jugando con las referencias a otros pintores y personajes destacados
de la época con representaciones de las obras de Vincent, además su discurso de
la concepción del arte que tiene cada clase social, es un factor fundamental, pues
ahora sabemos que puede existir todo tipo de arte en el mundo (sí, incluso el
malo), pero en esos tiempos no era así y la autora rescata ese aspecto que
muchas veces se deja de lado, como si la clase alta se avergonzara de recordarlo.
En fin, pocos mangas exploran tan bien el arte y los planos de la verdad como
aquí. Sin duda es un manga que debes leer.
~(*o*)~
La verdad no
tenía ninguna expectativa más que una mera curiosidad y terminó agradándome lo que
leí, sobran las disculpas por estar tan ausente pero ahora sí que sí tengo una
excusa y esa es que tuve que dejar un tesoro en un banco de Monopoly y uno de su
cajero se tragó todo mi tesoro, por poco hago rodar cabezas, fue un problema que
el banco tardó 2 SEMANAS en solucionarme y pues fue una logística que me hizo
perder puntos de vitalidad y monedas de oro. Y pues luego fue mi cumpleaños y
ahora han llegado finalmente las lluvias, pero como todo tiene un precio, la luz
anda medio defectuosa y pues las baterías son recursos agotables. Y pues nada,
la próxima semana les voy a traer otra reseña de manga y ya se viene el mes de
mayo y ya saben lo que significa. Espero os haya gustado mi contenido atrasado, además les salieron unos subrayados raros al texto que no supe como quitar. Alguien que me ilumine o me elimine, pero ya no puedo con la tecnología. ¡Ya no! So well, see ya.
Referencias bibliográficas
- A., K. (2017, Agosto 28). Sayonara sorcier, la historia de los hermanos van gogh. Momoko.es; La Insomne & Maetr0. https://momoko.es/opiniones/analisis-sayonara-sorcier
- Cassius, A. (2016, Diciembre 13). Anunciado un nuevo musical de “Sayonara Sorcier.” Ramen Para Dos; Ramen Para Dos. https://ramenparados.com/la-adaptacion-en-formato-musical-de-sayonara-sorcier-volvera-a-tokio/
- El Octavo Historiador. (2016, Agosto 18). Sayonara, sorcier: La historia de theo y vincent van gogh. El Octavo Historiador; WordPress. https://eloctavohistoriador.com/2016/08/18/sayonara-sorcier-la-historia-de-theo-y-vincent-van-gogh/
- Hozumi. (2013). SAYONARA, SOCIER (1st–2nd ed., Vols. 1–2). Glénat. https://visortmo.com/library/manga/42692/sayonara-sorcier?orderDir=DESC (Trabajo original publicado en 2013).
- Laura.the.bloodless. (2016, Junio 22). Review manga: Sayonara sorcier. FreakEliteX; freakelitex.com . https://freakelitex.com/sayonara-sorcier/
- Lyn. (2017). Otaku disaster!: Manga: Sayonara, sorcier. Otaku Disaster!; Blogger. http://otakudisaster.blogspot.com/2017/03/manga-sayonara-sorcier.html
- Wikipedia. (2023, Noviembre 11). Sayonara sorcier. Wikipedia; Wikipedia. https://es.wikipedia.org/wiki/Sayonara_Sorcier
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