Hoy en día la gente finalmente está detectando de que
existe una delgada brecha entre la el la identificación de la realidad con la
verdad.
Normalmente entendemos con realidad la manera de ser
de las cosas y por verdad la adecuación entre las cosas y la conciencia.
Pero para mí ¿dónde está el problema? La razón es que
los medios nos han cultivado nuestra confusión entre la realidad y la ficción,
racionalidad e irracionalidad; implantándonos comportamientos que inician como
enseñamientos cognitivos constantes de imágenes esteriotipadas y
acontecimientos exagerados que entre más se es expuesto a estos efectos, uno
los vuelve actitudes y algo normal.
Como dice anteriormente, nuestro parámetro de realidad
se rige, en su mayor parte, en los medios de comunicación (pues es inevitable
que algo no comunique). Conocemos esas realidad lejanas a nosotros a través de
los medios; nos informamos y “nutrimos” nuestros conocimientos a través de la
media; pero, ojo, sólo prestamos atención a aquello en lo que creemos o en lo
que ya sabemos para entonces sentirnos seguros de que nuestra realidad es la
única o la más correcta.
Pero no todo es culpa de los medios, porque éstos no
son tan malignos como los solemos señalar. Más bien, lo que sucede es como
manejamos la realidad y como la entienden el resto de personas. Y se ha vuelto
tan accesible toda la información, tanto antigua como actualizada de último
minuto, a tal punto de que estamos colmados de una contaminación audio-visual.
Nos informamos y pensamos a través de los medios masivos de comunicación,
identificado así que la información recibida está manipulada y mediatizada.
Aunque, no hay que tomar la palabra manipulación como
algo malo, pues con tanta información que existe, en su mayoría nociva o poco
interesante, se debe medir para evitar que cierta información cause algún daño
colateral. Por ejemplo, ese es el trabajo de los Key Keepers, que son como unos
cibernautas que vigilan toda la información que nace y se publica en la web, y
la mayoría de la información que ellos vigilan es aquella que podríamos
considerar que yace en la famosa deep web; es considerado el trabajo más
estresante pues nunca hay un momento en el que se deje de publicar algo y algo
que puede considerarse peligroso como la revelación de plantas nucleares y los
experimentos que ahí se realizan o el negocio de la trata de personas y un
obscuro etcétera. Sin embargo hay que distinguir que es proteger y que es
considerado censura; que en el causo de ésta última es el manejo de la realidad
y la forma en la que la sociedad identifica como real y falso; un ejemplo son
los esteriotipos que se manejan en los medios; sabemos que los chinos no son
iguales, que no todos los mexicanos son delincuentes y que no todos los afro
descendientes viven en guetos. Pero estos esteriotipos tienen un motivo de ser
y es algo que Gerbner llama la Teoría de Cultivo, la cual es implementar
esteriotipos demográficos del extranjero para entonces generar rechazo y
fomentar un falso nacionalismo.
Por último, lo que se debe rescatar de los medios es
la poca claridad que se tiene de la intimidad, los “reality shows” o los
“detrás de cámaras”, venden la idea de que la vida privada de las demás
personas son interesantes y que no hay porque guardarse las cosas como temas
íntimos (sexualidad o secretos propios); y el objetivo de este tipo de
programas es darnos la sensación de que somos poderosos ante estas personas al
“estar presentes” pero nuestra atención no altera sus vidas ni harán lo que
nosotros esperemos que hagamos, al final, esa sensación de omnipresencia es
efímera al igual que la calidad de ese tipo de contenido.
En conclusión: el conocimiento humano debe y puede
enriquecerse con la combinación de los medios, pero debemos quitarles ese
atributo que les hemos otorgado de “sabelo todos” y “todo poderosos”; y
comenzar a exigir que los medios sean más objetivos, flexibles ante la
divergencia del pensamiento humano y que se vuelvan más veraces e imaginativos.
Debemos buscar y entender otras realidades, ser más empáticos con nuestro
entorno y cuidar constantemente nuestra conciencia y proteger nuestra capacidad
individual del pensamiento propio, de lo contrario, viviremos en un mundo
ficticio con un placer efímero.
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