¿Cómo están? ¿Todo bien?
Yo ando bien, molida, pero hace buen día. Los pajarillos cantan, las nubes se levantan y aparece un hoyo a mitad del pasillo del piso donde me hospedo, suerte que el piso de abajo está inundado porque así no me caigo al vacío.
¿Qué les traigo esta vez? Algo especial, donde puse mucho sentimiento y lo aproveché para tener mi exorcismo literario mensual.
Si quiero darles las gracias por todo, son la onda universal brujillizos.

Esta historia tiene
características definitorias las cuales José de la Colina logra desglosar y ampliar
en respecto al muñeco de madera con su famosa nariz, pero la lectura se centra
en dos, las cuales considero las más importantes: la imaginación del autor y el
afán moralizador de la obra. De la
Colina logra dosifica y sin abrumar, entrever su análisis del texto con la
autobiografía, relacionando la historia con su propia educación sentimental. Él
nunca deja de ser narrador de su texto, pues describe al libro como personajes
y relata la experiencia literaria como una vivencia.
Desde mi perspectiva, el
texto define en términos generales el relato de la famosa marioneta hecha de
pino como una mezcla de cuentos de hadas, con dosis de novela de aventuras y
grandes pinceladas de alegoría moral que pasa de lo real a lo fantástico de
manera constante, casi como una muy extensa fábula.
El relato de Collodi
tiene tanta fuerza e impacto justamente por la voz del narrador, pues ese es el
pilar que sugiere los lugares y los ambientes mediante los actos y las
reacciones de los personajes y por la selección de detalles circunstanciales;
la historia no se apoya solo en el mundo que construye sino en sus personajes
que están bien definidos, ya que, como el mismo José de la Colina explica, la
naturaleza del mundo de Pinocho es algo irregular al ser personajes asesinados
o fallecidos para ser revividos de nuevo y para luego volver a morir y si
intentamos aplicar la lógica en esos elementos de la historia, de todos modos
lo que impacta es la historia de Pinocho, sus desventuras y las enseñanzas que
transmite de manera implícita pero directas. Incluso parece que al autor no le
agrada mucho que la historia original sea algo cruel y enfocada solo en
desdichas que vive el personaje principal, aprendiendo lecciones de esa manera
y no de otra.
En ese punto, el texto declara
con honestidad que la historia de Pinocho no tiene una realidad definida, todo
ocurre en la impasibilidad de la voz del narrador, como si todo estuviera más
allá de su control. En palabras del propio autor: “Es una realidad que no está
divorciada del sueño. Esto fue en un libro y tal vez una sola vez: Era una vez…”
El texto sostiene que a
pesar del estilo de Collodi en dar las descripciones de manera general, es
capaz de sumergirnos en un mundo imaginario evocado de sentimientos, un mérito
a destacar y ponderar con justicia, sobre todo si lo comparamos con historias
cuyo nivel de complejidad es mayor.
El autor identifica por
esto mismo que en gran parte de la historia se presentan con frecuencia dos
recursos narrativos:
- Agniciones: que es el reconocimiento de un personaje por parte de otro; esto se ve claramente en las situaciones que tiene Pinocho con el Hada Azul, que la reconoce a pesar de que cambia constantemente de forma: de mujer, a anciana, a niña, fantasma y cabra de color azul. El autor intuye que se usaba este recurso para ayudar al lector u oyente a identificarlo con la ayuda del protagonista sin necesidad de desglosar o extenderse demasiado y así generar un desenlace al conflicto, también por el mismo motivo que el planteamiento de Pinocho lo permite.
- Anagnórisis: otro recurso que consiste en el descubrimiento por parte de un personaje de datos esenciales sobre su identidad, sus seres queridos o su entorno, ocultos para él hasta ese momento. Este elemento se repite constantemente en el Hada Azul y Pinocho.
Además de que el autor
encuentra en ambos personajes muchos significados morales y alegóricos.
Encontrando en el Hada Azul la multiplicidad y virtud de aparición y ser la
representación de una entidad eternamente femenina. Y Pinocho, claramente lleva
la simbología más densa y de la cual aprendemos: es el objeto del conflicto
constante de la necesidad y la libertad, el orden y la aventura, la gravedad y
la gracia. Él es la condición de un doble medio, lo inerte y lo humano y todo
su viaje se basa en poder cruzar el camino de la perfección, porque a pesar de
personajes como La Zorra y El Gato que son maquiavélicos como un humano puede
ser, es su malicia lo que les impide ser perfectos, o sea, ser humanos y
Pinocho, al perseguir su meta de volverse humano, ser perfecto, va cometiendo
infinidad de errores y atravesando desventuras, como la vida real puede llegar
a ser.

Como en las fábulas de la
Antigua Grecia, la animalización es un recurso literario usado constantemente,
pero no menos importante es la similitud en el afán moralizador y
consecuentemente en la abundancia de moralejas. Cada aventura, o mejor, en cada
desventura de Pinocho se nos enseña algo: los actos del protagonista de madera tienen
consecuencias que van conformando un conjunto de desdichas de las que tanto él
como nosotros debemos extraer conclusiones.
La
invención de Pinocho, es el resultado
de cuando se hace una relectura de los clásicos infantiles que han influenciado
nuestra persona y, por ende, funcionan como un talismán para recuperar la niñez
y, hasta cierto punto, elogiando el texto del autor. De la Colina guía al
lector a tener una perspectiva diferente y extensible del personaje de Pinocho
y sus otros personajes, yendo más allá de la versión de Disney, incluso llega a
animar con leer el relato de Carlo Collodi. Las palabras exactas de Colina para
referirse al relato son: "una obra
genial, tanto o a veces más que la Alicia de Lewis Carroll o el Peter Pan de
James Barrie".
El estilo narrativo que tiene De la Colina crea y
aligera la argumentación crítica que se caracteriza en este texto, sin hacerlo
caer en la trivialidad, estando más en el área de la deducción y la analogía. Aunque
incursione en un género analítico, De la Colina nunca deja de ser narrador,
pues describe a los libros como personajes y relata la experiencia literaria
como una vivencia.
Y, pues aquí estoy, sobreviviendo a los virus mientras veo Naruto The Last por 1,300,670,089 vez al mismo tiempo que me ahogo en mezcal, ¡pero es que la escena el beso tiene poderes curativos!
Espero le guste, aunque sea levemente. tal vez por eso sientan que algunas partes quedaron algo condensadas, como la leche LALA, pero había elementos que no podía dejar fuera pero quería apegarme al estilo que se requiere.
Y ya, sin más dilación, los dejo en paz. Sean felices y coman perdices cazadas legalmente.
P.D. Lágrimas.
Atentamente: @SofiaLuCa18
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