Leer es siempre
una aventura; es establecer contacto con otros personajes, lugares, criaturas,
entablar un diálogo, enriquecer nuestra personalidad; aún así, leer es más que
hacer lectura diagonal o leerte un libro de 700 páginas en una semana, es
preciso ir más allá de las palabras, pues, un verdadero lector o lectora,
encuentra signos y significantes donde las demás personas solo ven cosas,
tropos o fantasías auto satisfactorias. Y con decir esto no estoy diciendo que
debes ser un sociólogo ni mucho menos un experto en política, pero sí descubrir
la textura social y psicológica de este documento libro que es un libro, así
como comprender la época del cual es objeto. Tampoco digo que todo texto debe
tener una súper complicada tesis, por ahí no van los tiros, esta reflexión
instantánea quiere que puedas disfrutar de lo que lees, pero siempre consciente
de la influencia que puede tener sobre ti o los demás.
La obra y la historia
Por ejemplo, sí
Tolkie hubiera vivido en Atenas en la época antigua, no habría escrito El Señor
de los Anillos o sí Charlotte Brontë hubiera vivido en nuestros tiempos, no
habría escrito Jane Eyre, o quizás la historia que conocemos de Jane Eyre sería
una completamente diferente; ciertamente la historia no es el único factor que
influye en el proceso de creación de una obra literaria, sin embargo, el
espacio y tiempo están insertas en un relato, después de todo, son una creación
humana. Por lo tanto, conocer el ambiente histórico te permite llegar a una más
honda comprensión de la misma obra, tienes una experiencia más completa y
realmente lees de manera consciente en lugar de zamparte todo sin siquiera
saborear lo que estás leyendo. Aquí un ejemplo, “La historia sin fin” de
Michael Ende, en comparación con la trilogía de “Arianwyn” de James Nicol,
ambas obras tienen casi más de 4 décadas de diferencia y a pesar de haber sido
escritos en lenguas anglosajonas, el contexto e historia en la cual fueron escritos
determinan la forma en la que están escritos.
En “La historia
sin fin”, la narrativa es más lenta, reflexiva y apreciativa, motivando a que
pienses mientras lees sobre los paisajes, personajes y símbolos, por el
contrario de James Nicol que claramente tiene una lectura más rápida y un
lenguaje menos complejo en comparación al rey de la literatura fantástica
alemana, pero mucho superior a otros libros de fantasía juvenil. Tan solo el
cambio de estilo y paso tiene que ver con la historia y tiempo en el que fueron
escritos, puesto que, en la época de Ende, la vida todavía transcurría un poco
más despacio y las mentes de las personas podían concentrarse por más tiempo en
una sola actividad, a diferencia de la época de James, que sería nuestros
tiempos del siglo 21, donde nuestra mente difícilmente puede mantener la
concentración y necesita de muchos estímulos o motivación para hacerlo, y que
si algo es demasiado complicado, lo dejará ahí y pasará a algo más fácil (a
menos que seas como yo y que tengas la capacidad de mantener la concentración o
de hiperfijación por un tema y actividad por un tiempo prolongado).
Este ejercicio
de distinguir el tiempo tiene la intención sirve para que como lector que
gustar. Tengas una mayor capacidad de pensamiento y sobre todo juicio, tanto
para distinguir la influencia en ti y si ver el libro como un producto de su
época o una obra que puede resultar comparable de una manera más mensurable.
Para eso, te aconsejo que siempre que quieras hacerlo, debes saber que existen
3 tipos de tiempo en todo relato, sin excepción: El tiempo interno; el
más fácil, es el tiempo que se desarrolla en la secuencia de acontecimientos
que forman la narración. El momento histórico; en que se sitúan los
hechos que aparecen en la obra, ya sea Edad Media, futurista, ficticio pero con
algún tipo de referencia a alguna cultura en específico o en la época actual. El
tiempo real; donde está la acción del escritor que concibe y crea el
relato.
Siendo en ésta
última donde se halla la época histórica determinada por sucesos concretos, las
consecuencias de hechos y situaciones que es necesario tener en cuenta para
establecer sus relaciones con la obra. Otro ejemplo, tenemos el caso de
Crepúsculo, el primer impacto literario que condenaría a la cultura de la
literatura fantástica para la chaviza; ya casi todos sabemos que Crepúsculo fue
el antecedente de la abominación de 50 Sombras de Grey, pero, lo que muchos no
saben que lo que determinaría la creación de las novelas vampíricas, sería
debido a la banda My Chemical Romance, donde la autora tomaría muchas de sus
canciones y estéticas para inspirarse, así que el grupo musical tomaría
surgimiento tras el atentado de las Torres Gemelas el 11 de septiembre, además
de tomar en cuenta que la autora es de religión mormón. Y cuando observas todo
esto, comienzas a entender desde dónde se desarrolló la obra, eso quizás no la
salvará, no obstante, te dará un juicio más completo sobre el por qué la obra
fue lo que fue, porqué los personajes se comportaban cómo lo hacían y cómo los
valores religiosos de la autora, damos un paso más y buscar la influencia que
la saga tuvo en la historia. Para mal o bien.
La obra y las ideas de su época
Entonces, ya se
entendió que hay hechos históricos que determinan la creación de la obra,
aunque, existe también otra poderosa corriente que marca a un relato: el
pensamiento y la ideología (ideas dominantes de una época). Después de todo, un
relato está tan inmerso en los pensamientos de su autor y la ideología como una
planta al agua y ambiente donde crece; ya que, el ambiente ideológico que rodea
la obra deja huellas decisivas en ella, ya sea al oblar de las relaciones que
la obra tiene con su contexto ideológico, hay que entender con claridad que so
dos cosas diferenciadas la historia de la literatura y la historia de las
ideas. Como bien diría Ibídem: “la historia corre paralelamente a la
historia de la cultura y la refleja. (…) La literatura no es conocimiento
filosófico traducido a imágenes y versos, sino que expresa una actitud general
ante la vida.” Por eso mismo, es importante entender el contexto, pues de
ahí puede radicar su complejidad y cohesión, siendo este análisis una forma de
aumentar la hondura de ampliar el horizonte. Ya lo dijo Haruki Murakami: “Si
lees lo mismo que todos los demás, pensarás igual como todos los demás.”
Aquí de ejemplo
usaré la saga de Los juegos del hambre, de la escritora fantasma Suzanne
Collins. Si leemos cuidadosamente la primera parte, encontramos el problema
central que sería el enfrentamiento de los oprimidos contra los opresores,
siendo la rebeldía adolescente lo que desencadena toda la historia; y es
alrededor de éste conflicto principal en el primer libro que van a surgir una
serie de valoraciones en las que la autora va presentando ante tales
situaciones. Pues en ese entonces, tras el fenómeno de Crepúsculo, muchas
lectoras empezaron a irse por otro lado, pues estaban cansadas de los roles
sumisos en la literatura de fantasía juvenil y deseaban una protagonista fuerte
y cuya historia no girara al romance, dando una trama que sí, tiene sus sin sentidos,
después de todo, es una obra mainstream y que todos sabemos el concepto lo tomo
de la obra literaria japonesa Battle Royal, dado que la historia es exactamente
la misma, incluso las protagonistas historias y acciones son casi las mismas.
Después
llegaría la segunda parte, donde la autoría dejaría más de lado el tema de la
opresión para enfocarse más en cómo los medios intentan manipular a las masas,
pues el auge de las redes sociales y la competencia de los canales en la
televisión estadounidense comenzó a hacerse más evidente, no obstante, como los
triángulos amoroso comenzaron a volverse más populares que nunca en los foros
de internet, la historia comenzó a irse por ese rumbo, siendo que en un
principio esa no fuera su intención. Llegando así el tercer libro, donde la
autora intenta tomar el control nuevamente de su obra, enfocándose nuevamente
en los temas de la guerra, infanticidios y los traumas psicológicos de la
protagonista, así como dejar el tema del triángulo amoroso y dar una historia
de amor adolescente más humana. Pues para ese entonces, los lectores ya habían
dejado de ser adolescentes y ya eran adultos que querían cuya historia que
tanto les gustaba, creciera junto con ellos, así como la saga de Harry Potter
había logrado hacer.
La diferencia entre un best-seller y un manifiesto
Sin embargo,
una saga con altibajos como la de Collins que, al ser comercial, se ajustaba a
los estándares del mercado, había logrado posicionarse, pero, el pensamiento de
los lectores jóvenes cambió, y ahora ya no quería heroínas dominantes, sino
mujeres con una máscara de fuerza pero que en realidad fuera sumisa ante un personaje
masculinos fueran “grises”, yendo hacia lo villanesco. Siendo así que llegaría
una de las precuelas más débiles que he leído en mi vida, donde el protagonista
por el que las mujeres comenzarían a suspirar y empatizar sería el villano de
toda la saga. Porque, pues
cuando una hace este ejercicio de analizar lo que piensa la época actual,
entiendes el porque una saga como los Juegos del Hambre dio un giro completo
para satisfacer a los nuevos lectores, por lo que entiendes que esta historia
en realidad nació no para continuar una historia que ya había terminado
correctamente, sino por la forma de pensar de los lectores que vivían en el
momento en que la obra surgió, siendo claramente influenciada por el contexto e
ideologías de las masas.
Ahora, como
contraparte, nos iremos con otro relato que, a diferencia de la saga
adolescente anterior, no dejó de seguir ejerciendo su libertad individual. Y
sería “El cuento de la criada” de Margaret Attwood, donde el problema central
de la historia sería el enfrentamiento de las leyes religiosas y humanas,
igualmente sería en un mundo futurista con una mujer joven que trata de luchar
junto a una rebelión para derrotar un sistema patriarcal opresivo, como la saga
de Collins intentó hacer. Con la diferencia de que El cuento de la criada,
tiene un contexto político y religioso que lo rodea, siendo la autora una
testigo de la manera propia de pensar y de concebir la vida que tenían las
mujeres y hombres de su tiempo, sobre la extremidad religiosa tanto católica
como islámica, enfocado especialmente en el rol de la mujer.
Por lo que
rápidamente, con el auge feminista que venía de las mentes jóvenes, viendo como
en Estados Unidos y Canadá, el derecho al aborto seguro era vulnerado, los
juicios sociales sobre el casamiento y maternidad, así como las posiciones de
trabajo se empezaron a cuestionar; siendo una obra que surgió por este contexto
filosófico de la valoración de la mujer como una persona, siendo aún juzgada
por los calores de la civilización clásica y tradicional, siendo la obra un
manifiesto de las ideas de la autora acerca de la política socialista y
capitalista, la economía del mundo y la religión. Es por eso que, gracias a
esta obra, el feminismo anglosajón comenzó a tomar más fuerza, pues la autora
nos ha permitido hacer una relación de su obra con las ideas que eran válidas
en el tiempo en que su obra surgió y usó su relato como un manifiesto de
protesta.
La obra y la Literatura
Es importante
que tengas en cuenta, seas una reseñadora de GoodReads o un lector que lo hace
por gusto, competitivo o no, que no puedes comprender una obra literaria son
buscar o conocer el doble contexto que rodea a la obra; por una parte, el
género literario, y por otra, la corriente en la que aquélla se inserta.
Claramente es más fácil decir que un libro de ficción te gustó porque cumplió
tus expectativas o porque se ajusta a lo que quieres o buscas o piensas en ese
momento; pues lo hermoso de la literatura es que tenemos la oportunidad de
poder capacitarnos para pensar más y querer más, ejercitando nuestra reflexión
y juicio personal, sin importar que los best-sellers no nos den algo
completamente bueno.
Como los Juegos
del Hambre, que no es una saga perfecta y que como lectora reconozco que tiene
sus cosas buenas y positivas como débiles, pero por lo menos algo diferente,
pues mientras escritoras como J. Mass o Hover, que siempre dan lo mismo y lo
mismo, porque sabes que lo vas a comer igual sin pensar como si vieras un
programa de televisión que no te aporta nada al pensamiento, sin importarles
que sus historias puedan impulsar tu formación literaria u orientarte hacia un
mayor conocimiento de lo que el arte y la fantasía de la palabra pueden hacer.
Lo digo
seriamente cuando digo que siempre hay que buscar libros que sean poco
populares o conocidos, no por ser contreras o porque me creo una hippster con
superioridad moral, sino, porque el mundo de la literatura es tan amplio como
el del cine o al pintura, que si te quedas siempre en lo mismo o solo lees sin
pensar ni tomar el cuenta el contexto, te perderás de esenciales genialidades,
y quien sabe, tal vez tú seas el que descubras uno de los mejores libros de la
historia antes que nadie. Así, no sólo podrás adquirir más conocimientos, sino
que tendrás también la oportunidad de algún gozo estético, más allá de lo
minimalista o lo ordinariamente bello; pues la ventaja del mundo de la
literatura, por encima de la del cine o la arquitectura, es que no es fijo, es
mutable, cada obra puede y debería ser capaz de ensanchar la definición del
género para verse abarcada por él.
Hay obras
épicas que nos conmueven con mundos grandiosos e inexplicables cuyos personajes
que lo rodean, nos describen objetivamente ésta realidad, mundos fabulosos en
el que viven y luchan seres maravillosos y tenebrosos, con hazañas increíbles,
personajes míticos, narrando todo en forma divertida e interesante. Realmente
espero que este trabajo práctico de confrontar las características generales de
las obras que leemos, nos haga ver con más claridad la totalidad de la obra,
sus cualidades y defectos, ausencia de consumismo o narcisismo que dificulten
la comprensión de las ideas, y en cambio haya una gran concisión de ideas
plasmadas, expresiones.
Lee lo que quieras, pero no dejes de pensar
Vale la pena
que hagas una lectura espontánea de alguna lectura nueva o de otro libro que
leíste antes que hayas odiado o disfrutado para que, con los conocimientos que
adquiriste, puedas, en forma más profunda, encontrar la vinculación de la obra
con su contexto literario. Entenderás porqué el movimiento de Harry Potter fue
algo más que simplemente renovar el concepto de los magos o al verla con ojos
más actuales verás ciertos estereotipos o ideas que para la época eran
correctos pero que en tiempos actuales son insuficientes; o quizás con la
trilogía original de El Señor de los Anillos verás las ideologías racistas que
el autor podía tener o al saber el contexto de la Segunda Guerra Mundial sabrás
cómo esa historia la escribía para darse esperanza a sí mismo al mismo tiempo
que trataba de no perder la fe en la bondad y la valentía.
A través de esas
lecturas, podrás descubrir los valores que se encarnaron en determinando
movimiento y la apertura de tu mente a diversas formas de pensamiento, lo cual
con las redes sociales y los algoritmos, irónicamente, cada vez es más
complicado salir de nuestra propia burbuja de preferencias y comunidades
ideológicas. Por lo que, aprovecha que puedes enriquecerte en un diálogo con la
literatura, que es la disciplina capaz de perpetuar y traer a ti las vivencias
más hondas de la humanidad; por algo ahora en internet también muchos lectores
de diferentes partes del mundo vuelven a revisitar obras o historias que
disfrutaron y amaban en su juventud y que en la actualidad, con los valores
modernos y más conocimientos al vivir por más cosas o leer más historias,
pueden juzgar y analizar con más humor e inteligencia esas obras más allá del
gozo estético.
Y pues hasta
aquí mi reporte Joaquín, @SofiaLuCa18 se despide porque se tiene que ir a
laburar.
Hasta luego.
Comentarios
Publicar un comentario