Hablemos de… Literatura de Género y las relaciones tóxicas; ficciones VS fantasías

 Ya habíamos hablado sobre temas similares en “¿Es Crepúsculo la peor saga de la historia que ha existido?” o “¿Cuándo se equivocan los críticos?”. Pero también hemos hablado de feminismo y literatura, con obras dignas de ser objetos de estudio, como “Persépolis”, lasreinas y princesas Disney, los libros de princesasde Philippa Gregory, con las brujas de Zugarramurdi, inclusive en “El último unicornio” y el icono feminista por excelencia, Barbie. Pero… ¡Ay, caray! Es que hasta parece que me encanta meterme en tormentas de arena, pero no puedo evitarlo, ¿okey? Sobrepensar y analizar las cosas es mi pan de cada día y si tener crisis existenciales nos ayudan a comprender más lo que nos gusta o disgusta de la vida, pues que mejor, ¿a que no? 
 
Pues, con este tema pensaba tener cuidado, pero no, yo digo basta. ¡Ya basta! Es suficiente de esto, me vale 3 kilos de berenjena que piensen que lo digo porque “ese tipo de contenido no es para tu edad” o “son cosas de adolescentes bobos”; y yo digo que no, la literatura juvenil merece más respeto y un buen análisis como para que escritores “blockbuster” o “de mercadillo” llenen sus catálogos con historias similares a la comida chatarra. Que la comida chatarra es deliciosa, pero comerla en exceso o tratarla como si fuera “comida de verdad” es lo que no está bien mis brujillizos. Por ende, me veo obligada a analizar estos temas de manera académica, para que así entremos todos en razón. ¿Vale? ¡Vale!
 

Separar realidad de ficción, un debate debatible

Ahora sí que, como bien dicen, empecemos por el principio. Primero, debemos analizar uno de los argumentos más populares con respecto al tema de hoy, “es que debes separar la realidad de la ficción, como es fantasía, no pasa nada.”

A ver, veamos… Todos estamos de acuerdo en que la literatura es un arte expresivo a través de la palabra, ¿correcto? También es un instrumento para que cualquier persona pueda comunicar lo que quiera, sueños, valores, esperanzas, etc. Por lo tanto, también puede servir para representar diferentes cosas por medio de la palabra y esta cualidad se debe a una referencia a la realidad; después de todo, no podemos imaginar nada que no hayamos visto antes, ¿verdad? Entonces, eso le da a la literatura un gran poder sobre cómo muta e influye en la sociedad.
 
Con respecto a esto, voy a citar a Brahiman Saganogo y su trabajo “Realidad y ficción: literatura y sociedad” (2007); en dicha tesis aclara el concepto de la “literariedad”, se entiende como relación del texto con una realidad supuesta o como discurso ficticio, lo que equivale a la imitación de actos y lugares reales; a parte de tener algunas propiedades y organización del lenguaje. Saganogo B. (2007) identifica que, la mayoría de las veces, es una investigación de la realidad.
 
Se refiere ineluctablemente a la realidad y lo bello de cada obra que penetra de una manera o de otra en la realidad, en la vida, de modo que la literatura, como especia o práctica socio-cultural, es parte de la realidad, o sea, del mundo.” Saganogo, B. (2007).
 
Seguidamente, concluye que una obra literaria puede servirnos como una realidad social y que ese “reflejo” se sustenta por la verosimilitud, estilo y ficción que el escritor le dé. Esos aspectos nos permiten a los lectores situarnos e identificar los elementos del contexto de la obra, pues, cuando hay un suceso exterior real anterior a lo narrado, hay una correspondencia, lo que permite que el relato literario pueda “insertarse” en el mundo real, gracias a lo que el autor llama “ficcionalización”.
 
Así que, con respecto al primer argumento, podemos decir que, por un lado, la ficción y realidad tienen una doble función. Por un lado, pasar de los vivido en la realidad a la ficción nos ayuda a sentir y vivir la imaginación, compartirla a través de la palabra, inclusive nos ayuda a conocernos mejor; sin embargo, no olvidemos que la ficción se encuentra en lo que precomprendemos de la realidad, es una reconstrucción artística y romántica de lo que se vive EN LA REALIDAD. Hasta ya lo había dicho Aristóteles con su concepto de mímesis, (Ruiz Abreu, Á. 2017), la ficción es una ilusión de la realidad, una imitación creadora, una recreación de lo vivido. Por ende, ¿si lo que leo como es bello, significa que en la realidad será igual de bello? No exactamente.

 
Ya que, no debemos olvidar que el tiempo del relato y realidad también influyen, la realidad sigue su flujo, pero un relato se limita a una etapa única de la vida, hasta casi selectivo de atención; por lo tanto, esto hace que, en muchas ocasiones la fantasía sea idílica, poderosa, con ello, puede inspirar a la gente y que si en una historia de amor, a pesar de todo, termina bien, la gente puede tener la aspiración de ese "final feliz", pero recuerden, solo hay finales felices en los relatos. Dando como consecuencia, que las imágenes y ficciones que construimos de manera imaginaria se integran en la construcción subjetiva de la gente, resultando en que se generen tropos, clichés y estereotipos. Y pueden parecer inofensivos, y muchos lo son, pero, también muchos de estos se integran con las desigualdades, prejuicios y violencias de género y si las sumamos con la idealización y romantización del lenguaje, es cuando estamos en problemas.

La literatura se constituye de un vasto laboratorio de experiencias de pensamiento que se combinan con múltiples prácticas imaginativas a partir de sucesos vividos, (reales).” (Araceli Soní Soto, citada por Ruiz Abreu, A. 2017).

¿Qué es la Literatura de Género?

Muy bien, ahora vamos con el segundo argumento: “Son cosas de chicas adolescentes o para mujeres solas, en el fondo a ellas les gusta eso, no hay que darles importancia.” 
 
Para esto, debemos entrar en un tema importante, y es revisar el machismo en la literatura (en casos de las novelas románticas tóxicas, la mayoría son escritos por mujeres) y a estos libros se les conocen como Literatura de Género. Una definición adecuada sería la de la ORG Rebelión Feminista (2020), la cual dice lo siguiente: “Se le llama literatura de género a aquella que está hecha, principalmente, para entretener (o esa es la teoría), en otras palabras: la llamada <<literatura de masas>> y a la que se considera de todo menos literatura.”
 
Pero esto no siempre fue así, de hecho, Rebelión Feminista (2020) nos explica que la Literatura de Género tuvo sus inicios con autoras femeninas, cuando las mujeres empezaron a escribir poesías, ficciones y melodramas que criticaban y cuestionaban aspectos misóginos de la época. Algunos ejemplos destacados serían “Mujercitas” de Louisa May Scott, “Jane Eyre” de Charlotte Brotë, “La señora Dalloway” de mi preciosa Virgina Woolf y prácticamente todo el catálogo de Jane Austen. Como podrán notar, muchas de estas obras son consideradas obras imperdibles de lectura. No obstante, ¿qué pasa con las escritoras de fantasía mágica? ¿Acaso no son tan buenas como los hombres? ¿Por qué parece que ellas solo escriben sobre arquetipos y clichés de princesas enamorándose de reyes o príncipes grises y salvajes pero no cosas más “complejas”? Pues creo que aquí podemos notar cómo la inequidad de género ataca de nuevo, ¿a quién le dan más publicidad en el mundo de la fantasía? ¿A J. R. R. Tolkien o a Úrsula K. Le Guin? ¿A Brandon Sanderson o a Laura Gallego?
 
Ellas no escriben simple fantasía juvenil o gossip girl medieval, escriben fantasía juvenil con construcciones de mundo tan complejos, ricos y únicos tan bien o quizás mejor que sus “rivales” masculinos. Y aún así, ¿por qué le dan más publicidad a mujeres que escriben novelas de fantasía para adolescentes con roles de género y violencia cuestionable? Hmm… Sospechoso.
 
La verdad, me parece muy curioso, porque, un género que empezó como un movimiento de literatura feminista, con la globalización y la alta competencia masculina, da la impresión de que muchas mujeres, (si quieren llegar a las masas, ser leídas y consumidas por millones), deben escribir sobre protagonistas femeninas que, en su centro, nada más sirven de excusa o accesorio para el desarrollo del personaje masculino.
 
En cierto modo, es casi maquiavélico como, tanto hombres como mujeres, siguen buscando reforzar en el imaginario de los lectores estas ideas machistas de que las mujeres carecen de agencia, profundidad e injerencia social en la fantasía.
 
Y claro, este tipo de novelas se escriben rápido, se leen y consumen rápido, al final, se vuelven libros “refresco”, efervescentes. Lo que provoca que, al no darle más atención y reconocimiento a libros “de agua fresca” como “Lectores Aéreos” de Gabriella Campella, pierdan espacios de difusión y estudio, además, se genera el estereotipo de que sólo existe un tipo de protagonista y formas de escribir fantasía juvenil si eres mujer y eres un lector adolescente. ¿Personajes realmente independientes y autodeterminantes? Que va, eso es de señoras, nosotros los prepubertos le sabemos, (nótense la ironía en mis palabras).

La fantasía juvenil de masas; ¿el amor lo puede todo?

Y hablando de masas, vamos con el tercer argumento: “Es libros para las masas, no tiene relevancia en la cultura colectiva.” Con esto, me gustaría comenzar diciendo que, aunque es cierto que muchas mujeres autoras siguen manchando el nombre de la Literatura de Género, con tal de conseguir alguna aprobación masculina o están tan absorbidas por sus creencias patriarcales, también las hay aquellas que empezaron por ese “lado obscuro” pero que, se dieron cuenta de los errores que cometían al difundir, masificar y reproducir mensajes sobre relaciones tóxicas y tropos de personajes poco sanos. Punto para el feminismo aquí.
 
Es así, que me parece prudente que, tomando en cuenta lo visto antes en el apartado de realidad y ficción, nos queda más que claro que las relaciones tóxicas existen en el mundo real, por lo tanto, es inevitable que en el mundo ficticio tengan presencia. En tanto, rápidamente podemos notar las principales características de estas relaciones. En primer lugar, la mayoría entenderá el concepto de relación tóxica es aquella donde hay control, falta de respeto mutuo, una de las partes se siente dependiente e inútil con la ausencia de su contraparte, no hay comunicación clara y predomina lo que a mí me gusta llamar “la domesticación del amor”, donde uno de los lados debe alabar al otro sin cesar, el otro no tiene hobbies, amistades o desarrollo más allá del otro. Por ejemplo, la mujer no tiene pasatiempos o relaciones que no se relacionen con el hombre o viceversa.
 
Para hacerles el cuento corto, los personajes se explotan a sí mismos, generan una concepción que, afecta al amor del mundo real, pues estos comportamientos se positivizan como “sexualidad”, sometiéndolo, no se aman de verdad. Esto también lo podemos identificar en novelas de “fantasía adulta”, en las cuales, esa “sexualidad” en realidad es nopor, porque la sexualidad, (que en realidad sería la exploración, comprensión, riesgo, apertura y sinceridad con nuestros sentimientos y cuerpo), se extremiza, no hay eros. Con respecto a este tema del Eros, les recomiendo leer sobre la filosofía de Byung Chul-Han, ya he hablado de él tanto en el blog, como en #ReflejosDeLaTinta, su libro La Agonía del Eros, se relaciona mucho con este punto.
 
Lo que nos lleva a rectificar que, al venderse estas historias como una fantasía apelable, inclusive magníficas, llevan a que estas se normalicen como verdades irrefutables, no solo como formas de escribir historias, sino como una relación normal y aspiracional debe ser. Solo basta con entrar a redes sociales como Instagram o Pinterest y notar cómo en muchos lectores, su mayoría mujeres, idolatran o expresan su gran gusto por este tipo de tramas o relaciones. Y, ups spoilers, esas relaciones no tiene NADA de normal.
¿De verdad querés tener un novio así? No, no querés, pero como tenés dieciséis años, no sabes nada de la vida y el libro que estás leyendo tiene una prosa lo suficientemente entreverada como para hacerte creer que una relación de este tipo es romántica y están destinados a ser felices por siempre, crees que así es como debe funcionar una relación.” (Agus, 2018).

Que miren, yo no tengo problema cuando en estas relaciones, la intimidad es consensuada, porque vaya, es lo mínimo que deberían de hacer, porque de lo contrario ya entramos en lo morboso y antimoral. Por ejemplo, podríamos decir, que Crepúsculo fue la pionera en estos patrones de parejas destructivas con un camuflaje ideal; en dicha relación predominaba un control desigual y acoso enfermizo. Y quizás, su posible sucesora, en el ámbito “escolar” sería After, en cambio, en la fantasía, me atrevería a mencionar a “Una Corte de Rosas y Espinas” de Sarah J. Mass
 
- La audiencia: ¡AH! ¡Le *gasp*!
 
- Yo: Ya sé, ya sé que hay gente aquí que tiene debilidad por los fanfics y recuentros de historias clásicas y todos tienen sus gustos culposos, pero no me van a dejar mentir en esto. Ustedes lo saben.
 
En este caso Feyre sería una Bella “aparentemente” activa pero que, no puede racionalizar en verdad lo que sucede con respecto a su relaciones amorosas, en especial con Tamlin y Rhysand, siendo éste último su “amor verdadero, su complemento, su media naranja.” (URGH, hasta el cuate se le queda viendo mientras duerme, un Edward Cullen pero más "caro"). Ella está perdida en su amor y se deja llevar por las emociones y sentimientos, sin pensar lógicamente, aunque la historia nos trate de manipular haciéndonos creer que ella es la más “inteligente” y fuerte de la historia. Es que las protagonistas en las Young Adult Fantasy deben ser perfectas, hermosas y celestiales, no pueden tener nada malo, ¿desarrollo de personaje y arcos? ¿Qué es eso?
Solamente imagínense que conocen a una persona, medianamente atractiva en algún evento social, que te acorrala y toca sin consentimiento, porque “tú lo provocas”, que te recrimina que haya tenido que buscar a otra persona como pareja porque “tú no le dabas bola” y cuando se siente mal, en lugar de madurar o crecer, te compensa con regalos o “favores” para que le perdones, porque “él es así y lo hace porque lo vuelves loco”, te insulta frente a todos o te considera incapaz o inútil en algún ámbito que disfrutas y ambos participan, pero después te “compensa” con halagos y con “otros favores” porque según “te quiere y se preocupa por ti”. ¿Suena a un personaje de Criminal Minds, no? Ya no da tanto gustito.
 
Al final, su relación es traumática, turbulenta, violenta y sí, llena de nopor para “compensar” los insultos y la denigración. ¿Ahora entienden a lo que me refería con Byung Chul-Han? Aunque esos libros tienen restricción de edad, seamos honestos, no son las mujerea feministas y adultas las que le dan dinero y fama a estos libros, son los adolescentes que, buscan identidad y nuevas formas de entender su sexualidad y pues sí, podrían leer mejores cosas pero, la comida chatarra siempre es más rica, ¿a que no? Y claro, la relación de nuestros personajes se justifica porque, ella es la heroína con complejo de “Bob el Constructor”, sólo ella puede repararlo, curarlo, sanarlo, sin importar que ella se dañe, porque eso es amor verdadero, es herórico, es romántico… Cuando lean este tipo de novelas, les animo a leer noticias de los feminicidios de su país y cuando revisen los perfiles psicológicos de los hombres que las asesinan, verán que siguen muchos patrones de estos “héroes” y “parejas soñadas” que dichas novelas escriben.

Aspiración y romantización; ahí está el detalle

Para este punto, ya todos sabemos con qué conceptos empieza la idealización, normalmente es con la idea de aspiración de status; el amante masculino siempre es poderoso, con influencias, un patrón al pie de la letra y las mujeres empiezan de modo humilde, sacrificadas y dedicadas pero nunca consiguen lo suficiente hasta que dicho hombre las trae a su mundo y entonces, por decisiones de otros personajes, ellas se vuelven “dignas” de un status igual pero les hacen creer que es porque, “son las elegidas”, las especiales. ¿Saben qué es eso? Machismo, puro y duro.
 
Siempre he tenido un problema con esto, porque, como he dicho en otros análisis, un personaje que nunca necesita ayuda es igual de aburrido como uno que siempre la requiere; no obstante, eso no significa un personaje femenino, en este caso, nunca necesite ayuda para ser digno, de hecho debe existir un balance, que sea capaz de cumplir sus objetivos a través del empoderamiento, lo que significa que su género o especie no sea una limitante, pero sin olvidar que todo ser necesita ayuda y apoyo a veces. Aunque hay que encontrar equilibrio sobre cómo y quién le da esa ayuda, que sí, pueda fallar, que sí, pueda ganar, pero siempre por mérito propio, no para que se lo regale, el mundo masculino.
 
Considero que es importante aclarar que creo en el poder de la s palabras y lo que éstas pueden causar en la mente de una persona. (…) Por lo que sí, esta clase de relaciones tóxicas pueden llegar a afectar a un lector al punto de querer representarlas en su vida cotidiana, ese es el peligro de la cantidad de historias que vemos así hoy en día.” (Acero, S. 2019).
 
 
Si nos vamos por la lógica de Saganogo, B. (2007), una novela crea una ilusión de referencia, hace un acto de mímica con su lenguaje, recuerden que los actos de la obra son ficticios, pero combinados por un autor para componer un lenguaje teal, con esto el llega al punto a lo que llama “Mundos posibles”, que son textos de ficción que emplean los mismos mecanismos del mundo, así, cuando uno entra a este mundo, lo da por verdadero. Por lo tanto, podríamos decir que son, además, artefactos que fusión la semántica de lo posible con lo imposible. Siendo así que, si lo pensamos bien, lo que estas novelas nos intentan esconder, a través de estas representaciones, es ese miedo tan humano y real a estar solos, al punto que nos hacen creer que debemos depender siempre de alguien, sea nuestra pareja o alguien más. Eso no es romance, ni emocional ni teórico. Un amor de pareja debe dar paz y tranquilidad, cada uno evolucionar por su cuenta, sí, con ayuda, pero con independencia.
 
El amor debe ser libre, nunca debemos atarnos a nadie, ya que el amor no asfixia, las relaciones tóxicas sí lo hacen. (…) El hecho de que en una relación haya libertad no significa que la otra persona nos va a engañar, esos son miedos que sentimos (…) porque quien se siente libre puede entregarse totalmente y amar ya que tiene la certeza de que el amor que siente es su responsabilidad y que tiene algo importante sin poseerlo.” (Cecy, 2019).
 

¿Dañinas incluso si "son sólo fantasía"?

Si no se han dado cuenta hasta ahora, se puede evidenciar que las culturas machistas están obsesionadas con el arquetipo del “chico malo” como piezas centrales. Dado que, a estos personajes como bien los describe Roxana de la Cruz (2021): “es el opuesto al Chico Amable, no le importa lo que es correcto para el común de la sociedad, viola las leyes es un misterio en vida, y -lo más importante- es increíblemente atractivo, al punto que todos los hombres quieren ser como él y todas las mujeres quieren estar con él.”
 
Para mí esto es nada más y nada menos que un prototipo del ideal de ser “un hombre” que ha perdudado casi desde tiempos medievales; donde los hombres respalden sus actitudes, (porque simio protege a simio, ¿no?), justificando sus actitudes por su pasado, contexto o porque <<así es él>>. Así, estos aliados del protagonista, lo apoyan y tratan de hacer entrar en razón a la protagonista para que “lo entienda” y lo quiera tal cuál es. Y con ello, debe darle chance con ser “salvaje” o “imprudente” porque de lo contrario no es emocionante, ni interesante, no es “hombre”, sino “débil”. Como si la empatía, respeto y amor propio fueran signos de debilidad.

Esto tiene un nombre y se llama “cultura de la violación”, la cual implica que la violencia sexual sea normalizada o se pueda excusar, principalmente en las mujeres, como podemos notar; dicha cultura hace pasar estos comportamientos como algo que no es grave, sino algo amoroso y cotidiano, y por ello, se debe aceptar y considerar inevitable en una relación de pareja. Pero, pobrecitos hombres ¿no? En realidad no son malos, en el fondo son buenos, se pueden redimir, porque les fue mal en la vida, vamos, siéntete obligada a perdonarlo, pues nunca es su culpa. (Dios, otro comentario irónico y mi termómetro de ironía va a reventar). 

Como mencioné antes, los relatos únicamente abarcan un fragmento de vida y realidad de un mundo y sus personajes, por lo que las consecuencias que podrían ocurrir en el mundo real, no aplican en los “Mundos Posibles”; siendo así, que estos Chicos Malos se salen con la suya, porque en la fantasía no hay consecuencias verdaderas, se pueden perdonar y seguir juntos como si nada. Pero así no es en el Mundo Real, siempre hay consecuencias y cada acción dañina es una deuda a nuestra salud mental y a nuestro espíritu.

Máscaras feministas vemos, centros misóginos leemos

Todos sabemos que los libros influyen en quienes los lean y la fantasía nace de nosotros, se contagia, se propaga y muta; no tiene fronteras; después de todo, la literatura es inerte a nuestras culturas y formas de fantasear y entender nuestra realidad, aunque, eso significa que también pueden arrastrar la misoginia internalizada de nuestras estructuras sociales, esa misoginia es la que denigra a las autoras femeninas que quieres escribir otro tipo de fantasía que no alabe a los hombres, discrimina a otras formas de escribir sobre mundos fantásticos, seres mitológicos y vivir la fantasía y también es la que violenta a todo arquetipo femenino que exista.

Por ejemplo, Roxana de la Cruz (2021) cita el trabajo “Men Are Stronger; Women Ednure: A Critical Analysis of the Throne of Glass and The Mortal Instruments YA Fantasy Series” (2017) de Katherine Cruger; donde se analizan estas y algunas otras novelas de fantasía enfocada a los jóvenes y se concluye que muchas de estas novelas en realidad SÍ efecto en la formación de identidad de los adolescentes o adultos jóvenes. De hecho, estas historias que son escritas en su mayoría mujeres, que contienen protagonistas femeninas, se evidencia a través de varios filtros cómo perpetúan el sexismo, muchos estereotipos raciales y reducen a sus heroínas para hacer lucir a sus contrapartes masculinas. Donde ellas son fuertes, más que cualquier mujer o villano, pero nunca más que sus parejas, no vaya a ser que los pobres hombres se sientan amenazados con su presencia.
 
 
En este trabajo Cruger, K. (2017) también resalta el tropo de “la chica que no es cómo las otras”, ojo en el “otras”; la autora describe cómo a estas personajes femeninas, para demostrar su fuerza e individualidad, rechazan las expresiones convencionales de feminidad, rechazando otro modos de vivir la feminidad como válidos, inclusive llegando a juzgar a otras mujeres cómo fáciles o arrastradas. Un estereotipo misógino sobre cómo las mujeres no pueden ser amigas entre ellas y que sólo eres especial para los demás, sobre todo los hombres, si no tienes amigas o aliadas que no sean ellos. ¿Se acuerdan de esa frase, “el peor enemigo de una mujer es otra mujer”? Esa frase ha envejecido como leche radioactiva.
 
Los chicos en las vidas de las heroínas se salen con la suya diciéndoles que ellas son <<diferentes>>. No de otras personas que hayan conocido, sino específicamente de cualquier mujer o chica que han conocido. En adición de personajes femeninos Fuertes rechazando a otras mujeres, ellas deben ser definidas y controladas por sus relaciones con los hombres.” (Cruger, K. 2017).

En resumen, la autora concluye que las autoras de YA fantasy, frecuentemente parchan las inequidades del mundo real con reglas fantásticas y supernaturales; recalca que las autoras deben dar a sus lectores crédito y confianza para lidiar con emociones difíciles, ya que seguro las vivián en el Mundo Real. Al mismo tiempo, ella cree que la autoras deberían siempre considerar la vulnerabilidad y la falta de entendimiento literario de su audiencia, recalcando que las historias pueden ser ficticias, pero el impacto en las personas que las leen, es profundo, y real.
 

Conclusión y recomendaciones salvavidas

Después de todo este desbarajuste, podemos finalizar con que sí, la literatura es un reflejo de la sociedad, cuya verosimilitud se sostiene por su lenguaje metaforizado y ficcionalizado; dándonos esos mundos de ficción que podemos amar, anhelar, aprender de ellos y dejarnos inspirar también. No obstante, no debemos subestimar las verdades que la ficción literaria pueda revelarnos, ya sea para bien o para mal; lo que escribimos como fantasía, son un espejo de quimeras sobre cómo vemos el mundo, cómo nos gustaría que fuera y que incógnitas nos gustaría resolver. Dando como resultado que, tanto lectores como autores (femeninos Y masculinos), deben tener mayor conciencia sobre cuál es la forma en la quieren representar esos Mundos Posibles y el romance en estos.

Las relaciones tóxicas, los abusos y los traumas pueden coexisitir en la fantasía, incluso mezclándose con esta nos ayudan a no censurar esas duras realidades, pero en lugar de idealizar y aspirar a ellas, debemos generar conciencia sobre los peligros de esos, nadie se merece esa visión del amor. Como escritoras mujeres no podemos permitir que se nos siga imponiendo que así debe vivirse el amor y así es como una heroína y su pareja deben comportarse. Vamos, sigamos creando historias de fantasía con héroes realmente buenos y con heroínas femeninas que no necesitan romance para ser felices ni le temen a la soledad.

¡Fiuf! Vaya brujillizos, ya necesitaba desahogarme de este tema lo más pronto posible, la verdad es que me lo llevaba guardando desde el año pasado pero sentía que el mundo aún no estaba listo para asumir ciertas verdades y quizás muchos nunca lo estén. En fin, esa ya no es mi responsabilidad… Ahora, como me gusta siempre terminar con una nota feliz aquí, como cuando uno se va a dormir en una camita calientita, les dejo algunas recomendaciones de libros de fantasía juvenil que devuelven la fe en la humanidad, claro, todos feministas, aquí nada de simios. Si les gustan los rollos con hadas, mitología, magia y batallas épicas, les recomiendo “Donde los árboles cantan” de Laura Gallego García; también, si quieren un rollo W.I.T.C.H con tintes de “Agencia Lockwood” de Jonhathan Strod, denle una visita a la saga de “Fairy Oak” de Elisabetta Gnone; además, si te gustan las realidades alternativas con dragones involucrados, debes leer “Cuando ellas fueron dragones” de Kelly Barnhill. Y por último, si quieres fantasía oriental para salir del estereotipo occidental, debes empezar por “La hija de la Diosa de la Luna” de Sye Lyn Tan. Con estos estos libros ya pueden formarte un camino mágico, lleno de empoderamiento, epiquicidad fantástica y relaciones más sanas.
@SofiaLuCa18 se despide, saracatoyo, bye.

Referencias bibliográficas

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  3. Anon, A. (2020, Octubre 16). Literatura de Género… y Género. Rebelión Feminista; WordPress. https://rebelionfeminista.org/2020/10/16/literatura-de-genero-y-genero/ 
  4. ArteZeta. (2021, Agosto 11). ¿Qué separa a la realidad de la ficción? – ArteZeta. Artezeta.com.ar. https://artezeta.com.ar/que-separa-a-la-realidad-de-la-ficcion/ 
  5. Cecy. (2019, Febrero 9). Romantización de las relaciones toxicas. Entrelibrosc.blogspot.com; Blogger. https://entrelibrosc.blogspot.com/2019/02/romantizacion-de-las-relaciones-toxicas.html
  6. Cruger, K. (2017, Junio). Men Are Stronger; Women Endure: A Critical Analysis of the Throne of Glass and The Mortal Instruments YA Fantasy Series. www.researchgate.net; Chatham University, USA. https://www.researchgate.net/publication/318678203_Men_Are_Stronger_Women_Endure_A_Critical_Analysis_of_the_Throne_of_Glass_and_The_Mortal_Instruments_YA_Fantasy_Series 
  7. De la Cruz, R. (2021, Mayo 31). Las relaciones tóxicas y la literatura juvenil: más que “solo ficción.” Revista KHE!; WordPress. https://revistakhe.wordpress.com/2021/05/31/las-relaciones-toxicas-y-la-literatura-juvenil-mas-que-solo-ficcion/ 
  8. Esther. (2019, Abril 12). La Madriguera Literaria: La toxicidad en las relaciones de romántica. La Madriguera Literaria; Blogger. http://lamadrigueraliteraria.blogspot.com/2019/04/la-toxicidad-en-las-relaciones-de.html 
  9. Grillo, R. (2012, Julio 9). La toxicidad de la ficción, una idea que me persigue... - Rafael Grillo - Artículos literarios. Isliada - Literatura Cubana; Isliada ORG. https://www.isliada.org/la-toxicidad-de-la-ficcion-una-idea-que-me-persigue/ 
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  12. Saganogo, B. (2007). Realidad y ficción: literatura y sociedad. Disponible en: www.publicaciones.cucsh.udg.mx/ (pp. 1–18). CUCSH-UdeG. Departamento de Lenguas Modernas. http://www.publicaciones.cucsh.udg.mx/pperiod/estsoc/pdf/estsoc_07/estsoc07_53-70.pdf 
 

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